lunes, 11 de mayo de 2009

Gengis Jan y su halcon...


Cierta mañana, el guerrero mongol Gengis Jan y su cortejo salieron a cazar. Mientras que sus compañeros llevaron flechas y arcos, Gengis Jan llevaba su halcon favorito en el brazo...que era mejor y mas preciso que flecha alguna, porque podia subir al cielo y ver todo aquello que el ser humano no consigue ver.

Ahora bien pese al entusiasmo del grupo,no consiguieron encontrar nada. Gengis Jan, decepcionado, volvio a su campamento; pero para no descargar su frustracion en sus compañeros, se separo de la comitiva y decidio caminar solo.

Habian permanecido en el bosque mas tiempo de lo esperado y Jan estaba lleno de cansancio y sed. Por el calor del verano, los arroyos estaban secos, no conseguia encontrar nada para beber hasta que -milagro!- vio un hilo de agua procedente de una roca que tenia adelante.

Al instante, retiro el halcon de su brazo,cogio el vasito de plata que siempre llevaba consigo, se quedo un largorato para llenarloy, cuando estaba a punto de llevarselo a los labios, el halcon alzo el vuelo,le arranco el vaso de las manos y lo tiro lejos.

Gengis Jan se puso furioso, pero era su animal favorito, tal vez tuviera sed tambien. Agarro el vaso, le quito el polvo y volvio a llenarlo.Cuando lo tenia lleno hasta la mitad,el halcon volvio a atacarlo y derramo el liquido.

Gengis Jan adoraba a su animal,pero sabia que no podia permitir una falta de respeto en circunstancia alguna, Ya que alguien podia estar presenciando la escena y mas tarde contaria a sus guerreros que el gran conquistador era incapaz de domar una simple ave.

Esa vez, desenvaino la espada, cogio el vaso, empezo de nuevo a llenarlo,con un ojo en la fuente y el otro en el halcon. En cuanto vio que renia bastante aguay estaba a punto de beber, el halcon de nuevo alzo el vuelo y se dirigio hacia el. Jan, con un golpe certero, le atraveso el pecho.

Pero el hilo de agua se habia secado. Decidido a beber de cualquier modo,subio a lo alto de la roca en busca de la fuente. Para sorpresa suya, habia en realidad, una poza de agua y en medio de ella, muerta, una de las serpientes mas venenosas de la region. Si hubiera bebido el agua, ya no existiria en el mundo de los vivos.

Jan volvio al campamento con el halcon muerto en sus brazos. Mando una reproduccion en oro del ave y grabo en una de sus alas: " Incluso cuando un amigo hace algo que no te gusta, sigue siendo tu amigo."

En la otra ala mando ma escribir: " Cualquier accion motivada por la furia es una accion condenada al fracaso."

(extraido del libro Como el rio que fluye)

2 comentarios:

  1. Hola Silvina, gracias por visitarme, me alegra enormemente que te gustó mi poesía, al menos te llamó la atención. Este blog tuyo es muy interesante, es como un libro abierto, el libro de la selva, una especie de documental donde se encierra la vida, las peripecias de estas especies. Así como las historias mezcladas de sus personajes. Muy interesante esta historia Genjis Jan, ya la había oído antes. Nunca está de más dar a conocer las hitorias para que la gente las conozca. Besitos, me encantó visitarte. Un abrazo desde el otro lado del charco.

    ResponderEliminar
  2. Ufff qué triste la historia de Gengis Jan...
    Adoro los animales y mientras leía la historia sabía que el halcón lo estaba haciendo por algún motivo importante y he sentido su muerte.
    Grandes moralejas salen de esta historia grabadas en oro.

    Un cálido abrazo de Noah.

    ResponderEliminar