te lo he dicho, y volveré a decirlo.
Pero sí te envejece desertar de un sueño.
Los años te arrugarán la piel, es cierto.
Pero si aniquilas un sueño, se te arrugará el alma.
Uno es tan joven como su fe, y tan viejo como su vacilación.
Tan joven como su esperanza y tan viejo como su soberbia.
Las dudas, los miedos y la ingratitud,
son los enemigos que lentamente nos hacen inclinarnos hacia la tierra,
y convertirnos en polvo antes de la muerte,
¿no te lo había dicho?
Sí, pero volveré a repetirlo.
Se continúa siendo joven en tanto que receptivo.
Receptivo a lo que es bello y a lo que es grande.
Receptivo al amor, a la ternura, a la amistad, al placer.
Y si alguna vez tu corazón es mordido por el pesimismo,
o carcomido por el cinismo, o lastimado por renunciar a un sueño,
o herido por negarle amor a quien te ha amado,
quiera Dios, mujer,
tener piedad de tu alma vieja.
© Simon Paterson
Hermosa reflexion.
ResponderEliminarno hay edades para ser anciano, para mi viejos son los trapos asi que me cuesta como calificativo de los seres humanos.
A veces con años a cuestas se puede vvir la vida con mas lbertad y plentud.
Gracias por visitarme.
Cariños
gracias a usted...
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarDe lo más sabio y lindo
gracias por compartir
cálido abrazo
Nuestra alma puede y debe mantenerse siempre joven , activa , y con ilusiones!
ResponderEliminarBesitos,
q lindo! gracias por compartirlo!!
ResponderEliminarun abrazo
c@
CarolinArtesanías