lunes, 4 de enero de 2010

Einstein...


Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.

Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.

La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.

Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres.

Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos.

Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.

Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.


Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor.

Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz.

El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir.

Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada.

El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.

Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro.

Cada día sabemos más y entendemos menos.

La mujer, está donde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos.

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.

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