miércoles, 17 de junio de 2009

Hablame...



La voz que hoy me llegó vive tu vida,

en esa voz te arropas cuando me hablas,

ella eres tú, flotando en el aliento

que se desborda en tonos y palabras.

Ajena a la estridencia del gentío,

leve, aterciopelada,

caricia en el oído,

como si un dedo me tocara el alma.

Más que voz es susurro,

brisa que se columpia entre las ramas.

Posee intimidad de noche oscura,

afable placidez de luna clara.

Te escucharía al decrecer las luces

de las tardes de otoño bronceadas;

te escucharía sin interrumpirte

hasta nacer la aurora sonrosada;

te escucharía, la mirada fija

en tus ojos de sombra, que descargan

nuevas voces, a la otra paralelas,

no por mudas con menos resonancia.

Tú eres tu voz, que roza mis mejillas,

que estremece mi espalda,

que me penetra suave, lentamente,

como en el surco profundiza el agua.

Háblame, que te escucho,

que tengo más de ti en cada palabra.

Francisco Alvarez Hidalgo

1-07-01

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